Evaluación......

El grito
Edvard Munch

Por un lado me gustaría dar cuenta de una mirada global respecto a las producciones.

En general, se observa desde acá una falta de interés. Han habido algunos temas con los que algunos se han colgado, pero ha faltado un nivel de compromiso grupal que mantenga esa motivación.

Y creo que eso se refleja en los niveles de presentaciones. Si bien hay varias que dan cuenta de un nivel de trabajo y dedicación importante, en general parecen haberlo hecho como un deber sin mucho entusiasmo.

No llegaron a ser estos escritos, por lo general, producciones para el resto del grupo, sino para el docente.

Tampoco hubo una apropiación del espacio del blog. No hubieron comentarios de lo que uds publicaron, y escasas intervenciones en el resto de las publicaciones.

El tiempo este año de un semestre es muy reducido, y eso puede haber incidido.

Sin embargo, hubo momentos de discusión muy fermental, con niveles interesantes de análisis y debate.

Las diferencias de posturas que existen en el grupo podrían actuar como limitantes. De eso pretendía hablar el otro día.

Espero, sin embargo, que puedan comprender la necesidad de cuestionar nuestras concepciones. Sobre todo las que tenemos más enraizadas en nuestra cotidianeidad. Nuestra mirada se ve condicionada por nuestras concepciones acerca de lo humano, de la familia, del hombre, de la mujer, de la niñez y la adolescencia, de la vejez, de la pobreza.

Si no somos capaces de desandar esos caminos y cuestionar nuestros modelos de vida que parecen tan exitosos y perfectos para algunos, o tan desastrosos y terribles para otros, no podemos dar lugar a lo otro, a lo distinto. A lo que jaquea nuestra forma de concebir la vida.

Hay algo de la diversidad que se pone en juego en estas cuestiones. Diversidad frente a la que no basta la tolerancia. Ser tolerante es soportar lo distinto, a pesar de que molesta. La diversidad pasa por la integración de lo otro, de lo que no es como yo entiendo debiera ser.

Para seguir con lo que venimos hablando, voy a colgar un link a una nota de No toquen nada, que me parece que vale la pena tener en cuenta a la hora de analizar el papel de los medios de comunicación ante los más vulnerables.

Espero que como psicólogos seamos capaces de no actuar desde el mismo nivel de hiatrogrenia.

Y un artículo de Eva Giverti, que refiere a la necesidad de pensar la labor de los y las psicólogas desde una perspectiva de derechos.